La obsolescencia programada es un problema que afecta a la mayoría de los productos tecnológicos y que tiene graves consecuencias económicas y ambientales. Desde los teléfonos móviles hasta los electrodomésticos, la vida útil de los productos se ha reducido drásticamente en los últimos años debido a la obsolescencia programada, una estrategia de mercado en la que los productos son diseñados para tener una vida útil limitada y ser reemplazados por versiones más nuevas.
Pero hay una alternativa a la obsolescencia programada: la alargascencia, un enfoque de obsolescencia sostenible que busca prolongar la vida útil de los productos y reducir el impacto ambiental. En este artículo, exploraremos qué es la obsolescencia programada, qué productos están afectados, qué es la obsolescencia percibida y cómo se puede evitar la obsolescencia tecnológica. También hablaremos sobre la alargascencia y la importancia del consumo consciente para el medio ambiente.
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Índice
- 1 ¿Qué es la obsolescencia programada?
- 2 ¿Qué productos están afectados por la obsolescencia programada?
- 3 ¿Qué es la obsolescencia percibida?
- 4 ¿Qué es la alargascencia? Obsolescencia sostenible
- 5 Tipos de obsolescencia programada
- 6 ¿Cómo se puede evitar la obsolescencia tecnológica?
- 7 Dale una segunda oportunidad: Alarga la vida útil
- 8 Consumo consciente por el medio ambiente: Compra durabilidad y calidad
- 9 Documental obsolescencia programada: Comprar, tirar, comprar
¿Qué es la obsolescencia programada?
La obsolescencia programada consiste en programar la vida útil del producto desde el momento en que se fabrica, para que tenga una duración determinada.
Pero ¿por qué existe la obsolescencia programada? Las cosas se fabrican con una duración determinada para que compremos, usemos, tiremos y volvamos a comprar la nueva versión de esa misma cosa. También tendrá una duración determinada, la usaremos, la tiraremos y volveremos a comprar de nuevo.
Así la economía prospera, ya que no tiene sentido fabricar cosas que duran eternamente para que una vez vendido todo, ¿no lo vuelvan a comprar? Entonces la empresa fabricante tendría que cerrar, al igual que los comercios que venden estos productos. El consumo es el motor del crecimiento económico y la prosperidad.
Parecía buena idea, hasta que nos topamos con la problemática de los residuos y las emisiones de CO2. Usamos y tiramos tanto, que se ha acumulado una gran cantidad de basura que está perjudicando nuestro planeta y no sabemos aún muy bien qué hacer con ella.
¿Qué productos están afectados por la obsolescencia programada?
Existen diversos productos que están diseñados con obsolescencia programada, lo que significa que están destinados a fallar o volverse obsoletos después de un tiempo determinado para obligar a los consumidores a reemplazarlos. Algunos productos con obsolescencia planificada son:
Ejemplos: Impresoras, móviles, bombillas, lavadoras y automóviles
- Electrónicos de consumo, como teléfonos móviles, ordenadores, televisores y reproductores de música.
- Electrodomésticos, como refrigeradores, lavadoras y secadoras.
- Productos de iluminación, como bombillas y lámparas.
- Productos de moda, como ropa y calzado.
- Baterías y cargadores.
- Impresoras: algunos fabricantes diseñan sus impresoras para que dejen de funcionar después de imprimir un cierto número de páginas o después de un período de tiempo determinado.
- Productos farmacéuticos: algunos medicamentos tienen una fecha de caducidad artificialmente corta, lo que obliga a los consumidores a comprar más de ellos antes de que realmente se necesiten.
- Automóviles: algunos fabricantes diseñan componentes de automóviles para que se desgasten o fallen después de un cierto número de kilómetros o después de un período de tiempo determinado, lo que obliga a los consumidores a comprar piezas de repuesto o incluso un nuevo automóvil.
- Juguetes: algunos juguetes electrónicos tienen baterías selladas que no se pueden reemplazar, lo que hace que los juguetes sean inútiles una vez que las baterías se agotan.
Es importante tener en cuenta que no todos los productos de estas categorías están diseñados con obsolescencia programada, pero algunos fabricantes lo hacen para aumentar las ventas y generar más ingresos.
¿Qué es la obsolescencia percibida?
La obsolescencia percibida es un fenómeno en el que los consumidores perciben que un producto o tecnología se ha vuelto obsoleto, aunque en realidad sigue siendo funcional y no ha perdido su utilidad. Esto puede deberse a varios factores, como la aparición de nuevas versiones del producto, la introducción de tecnologías más avanzadas, la moda y las tendencias cambiantes, la publicidad y el marketing agresivos, entre otros.
La obsolescencia percibida puede llevar a los consumidores a desechar productos perfectamente funcionales y comprar nuevas versiones, lo que genera desperdicio y aumenta la demanda de recursos naturales. Además, puede hacer que los consumidores se sientan presionados para seguir las tendencias de consumo, lo que puede afectar su bienestar emocional y financiero.
¿Qué es la alargascencia? Obsolescencia sostenible
La alargascencia (también conocida como «obsolescencia alargada» o «obsolescencia sostenible») es una estrategia opuesta a la obsolescencia programada, que consiste en diseñar productos para que duren más tiempo y sean más fáciles de reparar y mantener, reduciendo así la necesidad de reemplazo frecuente. El objetivo de la alargascencia es reducir el impacto ambiental y los costos a largo plazo, y promover un modelo económico más sostenible.
Algunas técnicas utilizadas para la alargascencia incluyen el uso de materiales de alta calidad y resistentes, el diseño modular que permite la reparación y reemplazo de piezas individuales, y el suministro de manuales de reparación y herramientas para la reparación de productos.
La alargascencia también promueve la economía circular, en la que los productos se reutilizan o reciclan al final de su vida útil en lugar de ser desechados en vertederos o incinerados. Esta estrategia es una alternativa a la economía lineal, en la que se produce, se usa y se tira, y que contribuye significativamente a la contaminación y el cambio climático.
Para los que queremos reparar nuestros ordenadores, lavadoras, móviles, neveras, etc. nos encontramos con que no es posible repararlo o no sale rentable. Hasta hace poco, ya que cada vez aparecen más negocios que ayudan a la alargascencia. La alargascencia es alargar la vida útil de las cosas. Y este concepto existe porque existe la obsolescencia programada. Si no existiese obsolescencia, no existiría la alargascencia.
En resumen, la alargascencia es una estrategia para diseñar productos más duraderos, reparables y sostenibles con el objetivo de reducir el impacto ambiental y fomentar una economía más circular.
Tipos de obsolescencia programada
La obsolescencia programada se puede agrupar en varios tipos. Algunos de los tipos más comunes son los siguientes:
- Obsolescencia física: se refiere a la creación de productos con una vida útil limitada debido a la utilización de materiales de baja calidad o la incorporación de piezas que son propensas a fallar o desgastarse rápidamente. Por ejemplo, productos electrónicos diseñados para que sus componentes internos fallen después de un cierto número de ciclos de encendido y apagado.
- Obsolescencia estética: se trata de la creación de productos que se vuelven obsoletos en términos de diseño o estilo, lo que lleva a los consumidores a querer reemplazarlos por productos más nuevos y atractivos. Un ejemplo de esto son los teléfonos móviles, cuyos diseños cambian frecuentemente y se consideran anticuados después de algunos años.
- Obsolescencia funcional: se refiere a la creación de productos que, aunque sigan funcionando correctamente, se vuelven obsoletos debido a cambios en la tecnología o en los requisitos de los consumidores. Un ejemplo de esto son los ordenadores, que se vuelven menos eficientes a medida que aparecen nuevos programas y requisitos de software. Otro ejemplo ocurre cuando una pulsera de actividad funciona con una app y ese software ofrece cada vez menos funcionalidades o desaparece. O navegadores (como TomTom) que dejan de actualizar mapas.
- Obsolescencia indirecta: se trata de la creación de productos que no fallan, pero que se vuelven obsoletos debido a la falta de piezas de repuesto o de soporte técnico. Un ejemplo de esto son los productos electrónicos de edición limitada o los modelos antiguos de automóviles, que pueden ser difíciles de reparar o mantener debido a la falta de piezas de repuesto o de técnicos capacitados.
- Obsolescencia alimentaria: La fecha de consumo preferente o de caducidad en alimentos a veces es demasiado estricta para que los consumidores los rechacen.
En general, estos tipos de obsolescencia programada están diseñados para obligar a los consumidores a reemplazar los productos con más frecuencia, lo que aumenta las ventas y los ingresos de los fabricantes.
¿Cómo se puede evitar la obsolescencia tecnológica?
Incluído en el Pacto Verde Europeo, la Unión Europea obliga a las empresas de productos eléctricos y electrónicos al derecho a la reparación que tienen los consumidores durante diez años después de la compra. Además los productos deben estar diseñados para la durabilidad, la eficiencia, el mantenimiento, la reutilización y el reciclaje.
En Suecia fomentan la alargascencia reduciendo los impuestos a los negocios de reparación. Esta medida iniciada por los suecos, nos indica que hay esperanza, y que una economía circular vendrá para quedarse, sustituyendo a la economía lineal donde el consumo es el motor del crecimiento.
Francia aprobó en 2014 una ley para castigar con penas de hasta dos años de prisión y multas de 300.000 euros a las empresas que reduzcan deliberadamente la vida útil de sus productos.
Te contamos ahora qué cosas puedes hacer tú mismo para favorecer la alargascencia, sin tener que esperar a que se implanten medidas como las anteriores.
Dale una segunda oportunidad: Alarga la vida útil
Dale otra oportunidad a eso que se ha roto, o a lo que otra persona ya no necesita. No lo tires ni lo compres nuevo. Hay múltiples opciones para alargar la vida útil de lo que necesites:
- Restaurar, reparar o arreglar lo que ya tienes: No hay nada peor que tirar o deshacerte de algo que te encante porque se rompa. Y no hay nada mejor que recuperarlo porque ha podido arreglarse, ahorrándote además, comprar uno nuevo.
- Tiendas de segunda mano o vintage: Se encuentran verdaderas joyas. Esta opción ens encanta, porque se encuentran verdaderos tesoros y a un precio de ganga.
- Alquiler: ¿Para qué comprar si puedo alquilar? Ojalá hubieran más locales de alquiler de aquellas cosas que se usan muy de vez en cuando.
- Mercadillos de segunda mano y trueque: Este tipo de eventos son muy cercanos y se conoce a gente muy interesante, además de poder encontrar de todo.
- Intercambio con otras personas: Si tienes amigos, familiares o vecinos, podéis intercambiar vuestras cosas. Siguen teniendo validez, solo que la otra persona ha dejado de usarlo por el motivo que sea. Si a ti te gusta y le vas a dar uso, ¿qué mejor alternativa?
Al alargar la vida útil de los productos se reduce el uso innecesario de recursos naturales limitados.
Consumo consciente por el medio ambiente: Compra durabilidad y calidad
Porque comprando durabilidad, dejas atrás la mala calidad, el romper, tirar y volver a comprar. Todo lo que vale, cuesta.
- Ropa: Fíjate en el material, en las costuras y en el lavado que requiere. Buenos materiales, costuras consistentes y una exigencia de lavado normal, son pistas que nos ayudan a valorar la propia prenda. No hace falta que vayas a grandes marcas, donde pagas más por la imagen que por la buena calidad. Si te gustan estas marcas, debes saber que tampoco son garantía de buena calidad.
- Muebles: Repara un mueble de segunda mano o invierte en un buen mueble, que dure y encaje con el resto de la casa.
- Electrodomésticos o aparatos electrónicos: Aquí recomendamos mirar foros, preguntar a personas profesionales del sector, o a personas que conozcas que te den su opinión sobre sus aparatos. Es recomendable estudiar previamente la mejor marca y modelo, que tengan un servicio técnico disponible y que funcione bien. De esta forma aseguras la reparabilidad de tu electrodoméstico o producto electrónico en un futuro.
- Teléfonos móviles: Evita cambiar de teléfono continuamente. Compra de segunda mano y repara.
Te invitamos, a que cuando vayas a comprar, pienses además en todas esas cosas de consumo consciente para ayudar a reducir los millones de toneladas de residuos y basura electrónica que desechamos. Merece la pena ser más sostenible y respetuoso con el medioambiente.